Sunday, February 2, 2014

Candelaria

Hoy, la Santa Iglesia Católica celebra el día cuando Nuestro Señor y Salvador fue presentado en el templo por su Santa e Inmaculada Madre. En mi ultimo post, les expliqué que obediente era Nuestra Madre, al ir a purificarse de acuerdo a la Ley, aunque estaba sin mancha del pecado. Nuestro Señor, según la Ley, tenia que ser consagrado a Dios.

"Y como se cumplieron los días de la purificación de ella, conforme á la ley de Moisés, le trajeron á Jerusalén para presentarle al Señor, 23 (Como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz, será llamado santo al Señor),"
- Lucas 2:22-23

También a que pedirle a la Virgen Santa que nos presente al Señor y que seamos llamados santos al Señor.

"25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley,
28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:

Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
29 Conforme a tu palabra;
Porque han visto mis ojos tu salvación,
30 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
31 Luz para revelación a los gentiles,
32 Y gloria de tu pueblo Israel.

33 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.
34 Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha
35 (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones."
-Lucas 2:25-35

Aquí, miramos como Cristo fue revelado al pueblo de los Judíos. Podemos apreciar las palabras de Simeón cuando dice: ". . . han visto mis ojos tu salvación." ¡Hemos visto la salvación de Dios! Cada ves que vamos a la Santa Misa, cada ves que vamos a confesarnos, cada ves que somos testigos de la Divina Misericordia, podemos repetir, "¡Han visto mis ojos tu Salvación!"
¿Que no Cristo, con un Amor ardiente que consume Su Sagrado, Adorable Corazón, murió en una cruz?
¿Que no el Creador del universo, el Rey de reyes y el Señor de señores nació en un pesebre y en pobreza?
¡Que salvación hemos visto!
¡Bendito seas Dios Todopoderoso por Tu gran Misericordia, por Tu gran Amor!

Tomemos en cuenta lo que predice Simeón sobre Nuestra Tierna Madre. Vemos que la Virgen Santísima estuvo al lado de la cruz. ¡Que dolor a sufrido! Las madres, ¿pueden imaginarse que dolor estaría atacando sus corazones si sus hijos murieran? La Santa Madre, en parte, tuvo algo que ver en nuestra salvación. A que invocar a la Virgen Santa en tiempos de dolor y tristeza, porque ella a sufrido mas, ella sabe como se siente el dolor. Vemos como Dios uso a la Virgen para nuestra salvación.
¡Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima!
¡Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción!
¡Bendita sea su Gloriosa Asunción a los Cielos!
¡Bendita sea Nuestra Madre Dolorosa!

Como Jesucristo Nuestro Señor y la Santísima Virgen María, a que ser obedientes a la Santa Iglesia que nos da la Nueva Ley del Señor y así, seguir el Señor. La obediencia perfecta es una arma poderosa contra el rebelde, es decir, el enemigo o el diablo.

Y como les prometí, aquí esta el Niño Dios con su ropón.